¿Cuál es el momento exacto en el que te das cuenta de que realmente, estas enamorado?
Ahora... Si esto es el amor, ¿Para qué tanta necesidad de alguien? ¿Para qué queremos amar? ¿Para qué queremos sufrir por nuestra vida, y además, tambien sufrir en el lugar de otra persona? Respuestas sencillas.
Cuando este amor es correspondido, superas la tristeza y la pena con más facilidad. Te basta con que te escuche y te diga que va a estar contigo pase lo que pase. Te vuelves a sentir bien con el simple hecho de que esté a tu lado, aunque estéis en silencio. Te encanta saber que esta ahí, y olvidas cualquier vida en la que él no esté presente. Y cuando no estás a su lado, el simple hecho de pensar en él o en las cosas que habeis vivido, te hace sonreír como una idiota. Cuando te acaricia o te coge de la mano, te sientes capaz de enfrentarte al mundo.
El saber que está contigo te hace soñar con un futuro, y empiezas a llenar tu vida de ilusiones y objetivos. Ese pequeño cóctel de sentimientos, se podría decir que es el amor. Te hace vivir una sensación tan perfecta que hace que sea un sentimiento un tanto adictivo. Y para sentirlo, solo necesitas tenerle a medio metro de ti.
¡NO TE ENAMORES DEL AMOR!
Enamórate de quien no te mienta, de quien sueñe contigo y con una vida junto a ti, de quien planee su futuro contando contigo, que piense en ti y en todas tus facetas, tanto buenas como malas, de quien te de tanto los buenos días como las buenas noches, que te saque una sonrisa con cualquier tontería o con cualquier chiste malo que se le pueda ocurrir, de quien te tenga presente a todas horas, quiera o no quiera.
Enamórate de quien te espere lo que sea necesario, de alguien que sea lo que tú no hayas elegido, lo que tú no hayas podido esperar nunca.
Enamórate de quien sepa sufrir contigo, pero que sepa hacerte reír durante ese mal momento, que seque tus lágrimas, que te cuide como si no tuviera nada ni nadie más de lo que preocuparse, que se alegre con tus alegrías y que te dé las fuerzas que necesites después de cada fracaso.
Enamórate de alguien que vuelva a ti después de las peleas, que pida perdón si sabe ha hecho algo mal. De alguien que camine junto a ti, que vaya a tu ritmo, al ritmo que encontréis necesario, sin prisas. Que sea alguien con quien se pueda disfrutar, una buena compañía, que ría tus tonterías, acepte tus ilusiones y entienda tus idioteces.
Enamórate de alguien que te ame.
A veces, por miedos y tonterías, podemos llegar a perder a grandes personas.
Es cierto que duele amar a alguien y no ser correspondido.
Pero tambien es verdad que es peor amar a alguien y no confesárselo por no encontrar el valor necesario.
Pero tambien es verdad que es peor amar a alguien y no confesárselo por no encontrar el valor necesario.
Tal vez el destino haya querido que conozcamos a personas equivocadas e incorrectas antes de dejarnos conocer a la persona perfecta para nosotros, para que cuando al fin la encontremos, sepamos ver las cosas que de verdad debemos saber valorar, pequeños detalles que no has podido ver antes.
Nunca le digas adiós si todavía puedes seguir intentándolo. No te des por vencido si sientes que aún puedes seguir luchando. El amor llega a todo aquel que espera, aunque le hayan hecho daño anteriormente. A aquel que aún cree que puede ser feliz y que sabe ver lo que le ofrece la vida.
Ve a por ese alguien que te haga sonreír, y que con una sola sonrisa suya baste para conseguir que tu oscuro y mal día, brille. Hay momentos en los que echas tanto de menos a alguien, que te encantaría poder sacarle de tus sueños y de tu cabeza, y abrazarle con todas tus fuerzas.
Las personas más felices no siempre tienen lo mejor de todo, simplemente, consiguen quedarse con lo mejor de lo que van encontrando en su camino.
La felicidad espera para aquellos que ahora lloran, para aquellos que la buscan, para aquellos que sabrán apreciar la importancia de las personas que están ahora en sus vidas.
Para aquellos que planean, que sueñan, que esperan, que no odian, que valoran pequeños detalles, y para aquellos que aman.
La felicidad espera para aquellos que ahora lloran, para aquellos que la buscan, para aquellos que sabrán apreciar la importancia de las personas que están ahora en sus vidas.
Para aquellos que planean, que sueñan, que esperan, que no odian, que valoran pequeños detalles, y para aquellos que aman.